Muy apegado a su amo y rebosante de energía, el Pomeranian sabe conquistar rápidamente su lugar en el hogar. Resistente a pesar de su pequeño tamaño, aún es necesario prestar atención a ciertos puntos relacionados con su estilo de vida y salud para que florezca lo mejor posible.

Tu estilo de vida y dieta

No todos los perros Spitz tienen las mismas necesidades de gasto dependiendo de su tamaño, pero todos tienen la característica común de la necesidad de realizar ejercicio físico de forma regular. El Spitz miniatura o Pomeranian , de hecho, puede contentarse con una vida más tranquila que los perros más grandes y adaptarse a la vida en un apartamento. Sin embargo, disfruta mucho de los paseos con su amo y es bastante capaz de recorrer largas distancias sin cansarse. Muy deportista a pesar de su tamaño, es vivaz e inteligente y constituye un muy buen competidor en el deporte canino del agility.

Como ocurre con todos los perros, la dieta del Pomeranian varía en función de su tamaño, actividad física y edad. Para el cachorro, es aconsejable darle la mayor cantidad de croquetas posible para evitar ataques de hipoglucemia. Los perros Spitz miniatura tienen un metabolismo rápido, queman mucha energía y por eso necesitan comer con frecuencia y en pequeñas cantidades. Su dieta debe adaptarse a perros muy pequeños, contener los nutrientes esenciales en cantidades adecuadas y el tamaño de las croquetas debe ser proporcional a sus pequeñas mandíbulas.

Su salud

Con una esperanza de vida larga, entre 12 y 16 años, y una salud generalmente sólida, el Pomeranian tiene, sin embargo, problemas muy específicos. Es bastante frágil en las articulaciones. Por lo tanto, hay que tener cuidado para que no se lastime. Específicamente, puede experimentar inestabilidad de la rótula que puede provocar una dislocación temporal de la rodilla o displasia de cadera. El Pomerania Loulou también es sensible en el área de los ojos. Estas son las enfermedades más frecuentemente relacionadas con la raza: Alopecia de pestañas. También puede ser propenso a sufrir alergias, cataratas o enfermedades dentales.

Preparando al Pomeranian

El aseo del Spitz debe ser regular. El Pomeranian muda moderadamente. Un cepillado una vez por semana es suficiente si el pelo se corta con regularidad y hay que tener cuidado de que no queden nudos en el subpelo. Durante la muda, será necesario cepillarlo diariamente para eliminar los pelos muertos. El cuidado puede realizarse en casa o por un profesional. La primera vez es recomendable acudir a un profesional para que observe dónde cortar el pelo: igualando el pelaje, limpiando el ano y alrededor de las orejas para obtener las famosas orejas de osito y el tamaño del pelo de las patas. De hecho, nunca debes esquilar completamente al Pomeranian porque su pelaje desempeña una función protectora contra los rayos del sol, pero también contra el calor y el frío. No dudes en bañarlo una o dos veces al año con un champú adecuado. Las garras deben mantenerse periódicamente y los dientes deben cepillarse dos o tres veces por semana para limitar el riesgo de enfermedades bucales.

Al Spitz, y más particularmente a los cachorros, se les pueden quedar pequeñas hierbas u otras cosas atrapadas en su fino pelo, lo que puede provocar lagrimeo. Por tanto, debes limpiar periódicamente la zona de los ojos con suero fisiológico y un paño húmedo, así como los oídos, para evitar infecciones.

Para que tu Pomeranian tenga una vida tranquila y equilibrada, son fundamentales las consultas periódicas con el veterinario, una alimentación sana y de calidad y salidas diarias, todo ello acompañado de una buena dosis de cariño.

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